Acerca de Pecoraro

Desde esta revista nos propusimos que en la misma haya  un espacio  para la memoria y por lo tanto también para  la Historia. Una forma de hacerlo es recuperar papeles viejos del olvido. Por eso en épocas virtuales  consideramos que es fundamental leerlos, ya que son documentos  históricos  que nos permiten recuperar las voces, los rostros y sobre todo las ideas de quienes ya no están entre nosotros.

Este artículo que presentamos nos permite pensar el espíritu  de una época, en la cual se daba la radicalización dentro del campo intelectual y como la misma había llegado a las Ciencias Sociales y en este caso nada más y nada menos que a la Sociología en la cual se discutía el papel que debía tener  la ciencia y al servicio de quién se debía poner el conocimiento .

Para que se ubiquen temporalmente corrían los famosos años sesenta  y setenta. Él que escribía se llamaba Enrique Pecoraro, era Sociólogo  y también militante de Montoneros (Lo decimos aunque quede mal). “Quique”, como lo llamaban sus amigos, era Sociólogo y fue integrante de las Cátedras Nacionales (CN). De hecho el artículo  lo escribe  en la revista Antropología del Tercer Mundo, en la cual escribían otros integrantes de las CN como Roberto Carri, Guillermo Gutiérrez, Susana Checa y Alcira Argumedo. Pecoraro fue profesor en la UBA  y en Universidad de Mar del Plata,  en las cuales ocupó distintos cargos como Ayudante de Primera, Jefe de trabajos prácticos y adjunto  de las carreras de Ciencias Políticas y Sociología. En las mismas enseño en materias como “Técnicas de Investigación Social” , “Introducción a las Ciencias Políticas” y “Sociología General”.

Pecoraro fue también docente en la  Universidad Católica de Mar del Plata. De allí lo expulsaron en 1974 por participar junto a sus compañeros de la Juventud Peronista de la toma de la Facultad  en contra del arancelamiento de la misma.

Fue secuestrado en Capital Federal, el 1º de junio de 1979 y asesinado el 11 de noviembre de ese mismo año por las Fuerzas Armadas. “A Quique lo mataron por ser consecuente con sus ideas”. Dijo su mujer  Alicia Ruszkowzki en noviembre de 2009, cuando  se le hizo un acto homenaje en su memoria y  descubrieron una placa en su honor en la Universidad de Mar del Plata. Nosotros hoy lo recordamos en esta revista, con la convicción de que no sea un desaparecido más, para que no sea solo un dato que sirva para escribir un artículo u obtener una tesis  y sobre todo porque sabemos que hay mucha gente que como vos, todavía no lo conoce.

 

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