“¡Más mano dura!” ¿Una necesidad Nacional?

Escribe Luciano Tosoratti con indispensable ayuda de Santiago Marcos y Cecilia Forment

¿Cómo elegimos este artículo? ¿Desde qué lugar escribimos? ¿Cuál es nuestra relación de valor con el objeto de estudio? Todas estas son preguntas relevantes a la hora de empezar a escribir. Este artículo surge de una realidad que nos interpela, podemos definir tres hechos que atrajeron nuestro interés hacia la temática de la inseguridad.

El primero,  es el asesinato de Rafael Nahuel, el día 25 de Noviembre del 2017, durante la represión en el marco de un operativo del Grupo Albatros de la Prefectura Naval Argentina contra la comunidad indígena Lafken Winkul Mapu, muriendo de un disparo por la espalda. (1)

El asesinato del colectivero de la línea 620, Leandro Alcaraz, el domingo 15 de Abril de 2018 que tras una discusión con dos pasajeros que querían viajar pese a no tener la tarjeta SUBE, aún así los dejó pasar. A Leandro le dispararon al bajar, sin mediar palabra. Su muerte repercutió no sólo en los medios, también en paros, movilizaciones y una enorme persecución policial para encontrar a los responsables. (2)

Y en tercer lugar el mediáticamente conocido Caso Chocobar. El 8 de diciembre del año 2017 el policía Luis Chocobar (30 años), que se encontraba de franco, entra en la persecución de Juan Pablo Kukoc (18) quien momentos antes estaba realizando un violento asalto a un turista en el barrio de La Boca. Kukoc recibe dos disparos en la espalda, muriendo cuatro días después en el hospital Argerich. La repercusión de este caso se dio cuando el Presidente de la Nación, Mauricio Macri y la Ministra de Seguridad Patricia, Bullrich recibieron el 1 de febrero a Chocobar en la Casa Rosada para brindarle su apoyo tras estar procesado bajo la carátula de «homicidio agravado en exceso del cumplimiento del deber”. (3)

También se suman los decretos de finales del mes de julio de 2018 que modifica el rol de las Fuerzas Armadas donde se busca principalmente: la posibilidad de una intervención en lo que refiere a seguridad interior y el deber de actuar frente a cualquier agresión proveniente del exterior. (4)

 

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Sin embargo la dificultad de abordar estos temas se hizo evidente desde el comienzo. ¿Qué enfoque darle? Comenzamos preguntándonos ¿Qué implica estar reclamando mayor seguridad? ¿Un policía en cada esquina? ¿Un sistema de justicia más rápido? ¿Mano dura por parte de las fuerzas del orden? Las preguntas son muchas y el tema es amplio y complejo. Pero no por eso tiene que agobiarnos e impedirnos darle una mirada sociológica. 

Luego de mucho debate, estas imágenes, estas fuentes catalizadoras para la siguiente idea para el artículo; la construcción de la percepción de inseguridad en el cual el gobierno avala ciertas prácticas y la cotidianidad no las problematiza. Es decir la construcción de un sentido común de la inseguridad que lleva a buena parte de la población, en su amplia heterogeneidad, a demandar una mayor intervención por parte del Estado. ¿Quiénes son los actores que contribuyen a la eclosión,  reproducción y propulsión de dicha idea?

“El problema está ahí ¿Que no lo ven?”

Dentro de un colectivo los pasajeros se miran entre sí, con caras preocupadas, el aire se torna pesado y la atmósfera transmite amargura. El chofer no arranca pese a que el semáforo esté en verde, las dos puertas traseras continúan abiertas. Está esperando, tal vez, a que vuelva un joven que segundos antes estaba sentado con los ojos inmiscuidos en la pantalla de su celular. Pero éste fue arrebatado por otro pasajero y ambos habían salido en su respectiva huida y persecución.

Dicho relato narra hechos que ya parecerían no sorprender a nadie. La cuestión de la inseguridad se sitúa en la agenda política y el tópico mediático, pero incluso altera nuestras conductas desde el donde hasta el cuándo deberíamos y no deberíamos de transitar ciertos espacios.

La existencia de una gran demanda social para la mayor intervención estatal en lo que respecta a la seguridad es evidente. Pero en la región, Argentina tiene el quinto puesto de los países menos inseguros, según la el Índice Internacional de Seguridad Interna (5). Por más que corresponda a una problemática real, la percepción de inseguridad que muchos gritan a viva voz esperando una respuesta inmediata, incluso a veces impulsando una propia y plantea a la cuestión como apocalíptica para la sociedad argentina en su conjunto. Aunque no encaje ni en las características regionales.

El planteo de una problemática viene aparejado con algún tipo de solución, en este caso es de índole policial, mayor presencia física y capacidad de acción. No es sólo el gobierno el que intenta de efectivizar estas medidas, sino también ciertos sentidos comunes que remiten a esa necesidad constante de mantener el orden. En la construcción del “problema-solución” del delito y la inseguridad nos remitimos a la figura del emprendedor moral en el libro Outsider de Howard Becker y a partir de ella intentaremos develar qué encierran los discursos que despiertan una fervorosa necesidad de acción.

Becker habla de emprendedores morales como aquellos con iniciativas para la formación de las normas, diferencia entre quienes crean las reglas y quienes las aplican. A los primeros los considera cruzados reformistas, para ellos hay ciertas falencias en el contenido de las reglas que repercuten en la formación del mundo injusto en el que todos vivimos, por eso tienen que ser reformuladas o crearse nuevas. Su ética es absoluta, lo que ven malo lo es sin matices y cualquier medio para su eliminación está justificado. Buscando imponer su modo de vida ya que las ventajas del mismo les resultan evidentes. Considerando inválidos o anormales a quienes son contrarios o ajenos a ellos.

En principio, las figuras mediáticas y políticos relevantes las consideramos a la cabeza de este emprendedurismo moral. Pero siempre teniendo en cuenta que en estos se cristalizan y sirven de representantes para un conjunto de discursos que se reproducen de forma cotidiana, pasando desapercibidas otras problemáticas así como ciertos intereses a los que estos discursos persiguen. Tampoco queremos decir que reproducimos constantemente cualquier idea que se nos transmite, sino que como compartimos un piso en común, éstas llegan cómodamente a una amplia multitud y son pocos los que las cuestionan lo suficiente para no ir hacia ellas como justificación de un hecho, como por ejemplo  el accionar policial es el único medio necesario para detener a quienes delinquen.

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El Diario Popular y Crónica son como los más representativos de transmitir estos discursos por su teatralidad y amarillismo que explicitan lo ocurrido, noticias de crímenes y violencia que interpelan al lector. Los títulos rozan con el morbo y suelen ser de carácter tragicómico, para sorprender y lograr interesar al lector que desconcertado busca algún tipo de explicación. Pero el contenido de las noticias suele ser corto y simplista, se limitan a informar de los hechos sin ningún tipo de otro análisis.

A su vez destacamos las afirmaciones de los siguientes personajes de nuestro quehacer nacional.

Patricia Bullrich «En cualquier país civilizado, el Estado lo que hace es darle la presunción de inocencia a su policía; no al revés. Estamos construyendo una nueva doctrina: el Estado es el que realiza las acciones para impedir el delito». (6)

María Eugenia Vidal anunciando el despliegue de 12.000 policías que harán operativos especiales contra los motochorros en 29 municipios «Desde el primer día de gobierno nos comprometimos a trabajar para que todos los bonaerenses puedan vivir más tranquilos. Sabemos que hay lugares que necesitan más presencia del Estado. Por eso, a partir de ahora, los puntos más conflictivos de la provincia contarán con más efectivos policiales» (7)

Miguel Ángel Toma Ex ministro de seguridad interior, respecto a la reforma en las fuerzas armadas impulsada por el presidente a través de un decreto “Es apoyo, es utilizar todos los instrumentos del Estado para ponerlos en función de una demanda de la sociedad hoy, que es la de seguridad. Porque no hay seguridad ciudadana.” Noticiero A24 (8)

Eduardo Feinmann desde el Noticiero A24, indignado por el ataque hacia el gendarme Mereles quien actúo frente a un robo y recibió dos tiros en la cabeza «De una vez y por todas creo que la sociedad argentina tiene que decidir. O estamos del lado de los buenos o estamos del lado de los malos. O estamos del lado de los delincuentes o de aquellos que nos defienden de los delincuentes.” (9)

Baby Etchecopar En Radio 10 “Sr. Presidente, quiero una policía que reprima, que me cuide, no cuidar yo a la policía. Si no están dispuestos a gobernar y los ladrones que están del otro lado están dispuestos a entrar a robar, sería mejor que nos den un pasaporte y unos mangos y nos vamos. Porque sinceramente este país así como va no aguanta 24hs más.”

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Saliendo de lo que nos es accesible a partir de los medios de comunicación, existen grupos que a través de las redes sociales, principalmente Facebook, se organizan para realizar marchas sea frente a comisarías o municipios, reclamando esta falta de intervención. También escrachan, alertando con fotos y videos, a personas que son detenidas por la policía o han cometido actos que consideran, a veces sin fuentes fidedignas, asesinos, ladrones, estafadores… A su vez, muchos de estos grupos tienen publicaciones donde ya no esperan una respuesta estatal efectiva, sino que incitan a los linchamientos como las únicas formas de justicia.

No se trata aquí de encontrar a un único responsable de influenciar o causar dichos posicionamientos discursivos, es más bien de denotar que si bien la influencia de los masivos medios de comunicación es innegable, este no es su causante inmediato.  La mayoría de veces son los sectores populares los que encarnan las cruzadas morales. Si bien poseen una enorme heterogeneidad, por más que desde afuera se los suele identificar como homogéneos, en su mayoría defienden y militan una misma bandera cuyo lema podría ser “La inseguridad nos mata, la respuesta del Estado debe ser inmediata y si no está, generamos una propia”

Todos estos discursos reafirman de una manera u otra la marcada diferencia entre un “nosotros”, identificado muchas veces como los argentinos, los ciudadanos, los trabajadores, los vecinos y un “otro” que sería el peligroso y animalizado ladrón, chorro, motochorro. Se plantea una acción concreta frente a éste, legitimando y expandiendo el aparato de seguridad estatal ya que es necesario el inmediato enfrentamiento. Porque es lo que el conjunto del “nosotros” demanda para recuperar cierto orden perdido. El conservadurismo está muchas veces implícito, recurriendo a un idealizado pasado que se generaliza y es considerado como mejor en múltiples aspectos, como en la calidad de vida.

Volviendo a Becker, el éxito de una cruzada deviene en el establecimiento de una nueva norma o conjunto de éstas que irremediablemente forma una determinada manera de ver las conductas propias y ajenas. Se tienen así que dejar afuera a aquellas que entran en contradicción o llevándolas a un debate donde implícitamente se consideren como válidas a medias, se tildan como inválidas pero bajo la cortina de humo del respeto mutuo.

La interacción entre campaña en defensa de la seguridad policial  y la reproducción del miedo a la inseguridad se nutren mutuamente. Y también dejan de lado otras problemáticas que son estructuralmente críticas, como podría ser la contaminación medioambiental.

Retomando, si se plantea una concepción de que “el argentino” no es sumiso, no se doblega y siempre está a la espera de hacer algún acto de rebeldía o de pillaje, cuya transgresión pone en juego los mínimos valores de convivencia. Teóricamente la denuncia de un hecho delictivo lleva a una posterior aplicación de las reglas, es decir el primer paso para aplicación se da por un incumplimiento deviene en una iniciativa, ésta encierra un interés por algún tipo de beneficio que traerá la defensa de dichas reglas y por ende, de dicha manera de ver el mundo con su respectivo orden que debe de ser respetado. No hacer pública la falta, continuaría en el anonimato.

Claro que existen falsas acusaciones sobre aquellos sujetos que encierran determinadas características y son prejuzgados como criminales pese a tener comportamientos obedientes, la aplicación de la ley es selectiva y diferencial.

Normas: El que aplica y te la aplica

La figura policial aparece como una entidad que puede no personalmente estar interesada en perseguir el mal impuesto, incluso puede importarles poco y nada el contenido que la norma contiene, su objetivo es el de hacerlas cumplir y a eso se limitará su marco de acción. Pero su interés también reside en que siga existiendo una necesidad en la aplicación de las normas ya que justifica así su trabajo y profesión. Por un lado demostrando que el problema sigue existiendo y por el otro que cumplir las normas tiene un sentido claro. Así como que sus intentos son efectivos y valiosos.

Hay ciertas características que posee la policía que aparecen recurrentemente y en estas me quisiera enfocar. Recurriendo a la obra “Las cárceles de la miseria”, Louis Wacquant saca a la luz cómo se llegó a la aplicación y justificación de las políticas de tolerancia cero que idealmente se plantea como la rigurosa observancia de todas las leyes y normas establecidas. Pero claro no refiere a una persecución constante de la explotación laboral o los llamados crímenes de guante blanco como la evasión fiscal, la falsificación, el fraude o el lavado de dinero. Tolerancia cero es una forma de hacer visible el accionar policial, criminalizando a determinados grupos de personas en ciertas zonas simbólicas a través del accionar que cada agente del orden considere acorde a la gravedad de la situación, estando implícita o explícitamente avalado porque “la inseguridad así lo requiere”. El objetivo de esta lucha, por más desigual que sea, es recuperar la legitimidad y la aparente efectividad de la entidad policial. El foco de la persecución están puesto en quienes se encuentran en guetos urbanos y zonas periféricas con una calidad de vida bajísima, así como en barrios y espacios públicos considerados como “invadidos” por vagabundos sin techo, mendigos, trapitos, limpiavidrios que “se apropiaron” de los mismos. Tildándolos como el enemigo público número uno.

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En este caso hay una clara aplicación de una carrera moral referente al posicionamiento de un problema que busca la legitimidad de una colectividad para resolverlo a través de las políticas mencionadas.

La implementación de dicha solución sin velar por una justificación racional y ratificada en experiencias anteriores, la vuelve ignorante, incluso se la plantea como un “experimento” que hay que realizar porque sus resultados serán valiosos. Después de todo ¿cuál es el problema de probar y en caso de fallar volver atrás, reconociendo errores y aprendiendo de ellos? Pero estos tipos de “experimentos” no son ni ignorantes ni inocentes, vinieron para quedarse y aunque sus resultados generan, paradójicamente, una desconfianza hacia la credibilidad de las fuerzas del orden, lo que en consecuencia debilitaría la efectividad en la aplicación de la ley, sirven para mantener la problemática dentro del aparente control de la capacidad estatal de acción. Así es como se sigue velando por la impunidad policial para aparentar, de manera visible y explícita, que el problema está siendo tratado y en vías de solución.

Bibliografía:
Howard Becker, Outsiders, hacia una sociología de la desviación.
Loïc Wacquant, Las cárceles de la miseria.
Lucas Rubinich, La Conformación De Un Clima Cultural
David Bordua y Albert Reiss, La sociología y la custodia de las leyes.
Ximena Tordini, Gobernar es gatillar, Revista Crisis

Notas:

(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Causa_de_Rafael_Nahuel_y_los_mapuches_del_lago_Mascardi

(2) https://www.clarin.com/ciudades/crimen-colectivero-matanza-testigos-mataron-estribo_0_HkvPcaVnz.html

(3) https://www.clarin.com/policiales/imputaron-policia-luis-chocobar-homicidio-agravado-confirmaron-procesamiento_0_r1jSXP4vz.html

(4) http://chequeado.com/el-explicador/decreto-de-macri-como-actuan-las-fuerzas-armadas-de-los-paises-de-la-region/

(5) http://insyde.org.mx/wp-content/uploads/WISPI-Report_EN_WEB_0.pdf

(6) https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-44931542

(7) https://www.lanacion.com.ar/2160764-vidal-sabemos-que-tenemos-una-deuda-con-los-robos-los-asaltos-los-hurtos

(8) https://www.youtube.com/watch?v=80Pexl_Ehd8

(9) https://www.youtube.com/watch?v=QzVlt_kEL9U&t=728s

Un comentario en ““¡Más mano dura!” ¿Una necesidad Nacional?

  1. dario dice:

    Me gusto mucho leer en términos sociológicos un análisis de nuestras realidades cotidianas. Becker aporta mucho sobre el tema de las “morales”. Quizás podrían tratar el mismo tema pero desde la hegemonía y su poder, analizando las reflexiones emocionales y las racionales como variables de cada reacion de la sociedad, según la hegemonía mediática. Ejemplo: porque afecto tanto, hegemonicametne la muerte de Blumberg y no la de Nahuel o la del mismo Santiago maldonado. Por estas dos muertes afectaron mas que la de los originarios de formosa?

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